miércoles, 16 de julio de 2008

Quizás, quizás, quizás



Bencino estaba sentado sobre su banco usual, agitando su espumoso tarro como si de un perrito chihuahueño se tratara. Bencino gustaba de impresionar a las chicas de la barra contando cosas que a nadie le importan (justo como a mi). Pero Bencino tenía ganas de cantar; así que Bencino sacó su bandoneón y Bencino comenzó a tocar notas que hubiesen dejado pendejo a Penderecki; y Bencino a destiempo empezó a cantar. -Siempre que te pregunto ¿Que, cuándo, cómo y dónde? Tú siempre me respondes, Quizás, quizás, quizás-. Y las chicas aplaudieron; Nieve, la mas joven, se levantaba la falda para dejar que Bencino viese sus tobillos, y Bencino respondía levantando las cejas y agitando la cabeza como un péndulo, de arriba hacia abajo, abriendo la boca lo más grande que podía y sacando su lengua azul.

Niña prepárate, por que esta noche… FORNICAMOS. y juntos, tomados de la mano, como dos enamorados, caminaron sobre calles empedradas, la luna dejó caer sus pétalos de luz sobre sus cuerpos desnudos en el bosque. A la Snake, Bencino sacó de su menú de utensilios a su gaita preferida, y la insertó delicadamente en el ano de Nieve; quien con un gemido, comenzó a soplar, oh!, las hermosas notas que las estrellas escucharon, oh! Las melodías, oh! El romance, terminado el tango del día que me quieras, Bencino recitó el poema de Amado Nervo.

PD.

La imagen que ven arriba es de aquella famosa corriente de arte “popó”; los invito a realizar imágenes de este tipo; es como el pop art, pero mas escatológico.