domingo, 24 de febrero de 2008

Clavicordio


En el sueño de hoy caminaba en la nieve para llegar al otro lado de la montaña; estaba descalzo, pero el frio no me afectaba. Cuando llegué al otro lado me encontraba en la costa, la arena estaba llena de tierra, basura y piedras de colores, sentía la presencia de un auto cerca, una pareja besándose, la oscuridad, creo que por momentos la de una pequeña corriente de rio, posiblemente estaba en la playa del Calinda, a la mañana siguiente, como todas las mañanas, Zarparía el capitán Hook, para vender piña colada a niños y gringos que vomitan, (mis pies recuerdan la cadencia del suelo de madera, y el vibrar de los motores que hace inútiles a las velas).

Entré a la cabaña, mi familia comía, me mandaron por las tortillas, los vendedores pasaban derrapando en su auto sobre las calles de lodo, yo seguía descalzo, mis pies se ensuciarían en vano porque nunca los alcanzaría.

1 comentario:

El vikingo dijo...

Ah, muchacho, las velas no nos llevaban a ningún lugar, muy a pesar de tu pie pesado y de la tormenta de arena a tus pasos, pero rodando katamaris te redimes, fenomenos de nuestra cultura, los pies apestan.