Ayer soñé que unas personas nadaban en un lago contaminado
con algas y metales pesados. Eran turistas alegres con sus hijos. Momentos
antes, un dragón de pentágonos me había atacado en un castillo.
He estado pensando en una lucha de fuerzas, la fuerza del
ego contra la fuerza de la memoria y la trascendencia, encarnada por Deus y el
Demiurgo. Una araña que al picarte, infecta la sangre del alma. Un viejo de
arrastra por el desierto, cantando canciones en lenguajes desconocidos. Un escorpión,
una tormenta de arena. El hombre que cayó del espacio al filo de la navaja, es
salvado por un sabio vacío de inteligencia, pero lleno de memoria; indetectable
para los que observan tus pensamientos.
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