¿Quién diría que las acuarelas se transforman en música?. Si pudiese pararme frente a él y decirle cuanto aprecio la calma de sus notas. Siento que son como una ola alejándose de la playa; cada gota, cada molécula, se despide de sus vecinas porque saben que nunca más se volverán a ver; algunas compañeras regresarán al mar, otras romperán a volar para formar una nube, conocerán nuevas amigas y con la lluvia se separarán; no tiene sentido tratar de capturar cada gota en un gotero para evitar un adiós.
Cada molécula tiene un destino impredecible. Prelude, Menuet, Clair de Lune, Passepied, Danse; solo sus oídos las pueden acomodar de esa manera, en la corriente un rio, los copos de nieve, el algodón del cielo.
Me gustaría detenerlo en la calle y preguntarle el por qué, el cómo; pero murió este día hace ya bastantes años, dejándonos su música que solo nos insinúa un empapado trasfondo que no se puede pensar, solo sentir.
martes, 25 de marzo de 2008
Claude Debussy
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