martes, 24 de febrero de 2009

Hay fantasmas en el agua




Después de que todos los lobos terminaron su aullido y la tierra dejó de temblar, el agua volvió a ser el espejo de las estrellas; pero las aves habían muerto o enmudecido al respirar polvo radioactivo; los insectos decidieron volver al centro de la tierra, junto al ave con plumas de fuego que algún día despertará para beber la leche que ilumina el cielo.

Las flores miraban a Amelia arrodillarse junto al pequeño cráter; en su interior, como si se tratase de un nido, estaba el abominable asesino, un pequeño asteroide, un trozo de queso fosforescente; cada agujero le susurraba una canción de cuna. Amelia estaba llenándose de ese sueño primigenio, el sueño de los reptiles que nos hace dormir sobre el agua y nos arropa con la manta de tiempo, mientras, nos dejamos llevar. Cayó en cuenta con lo último de su conciencia de que el sonido del tiempo no era tic-tac, ni cu-cu, si no un algo parecido a cuarteto de cuerdas.

-Hay fantasmas en el agua- Dijo Minerva.

Moana miró el río incrédula; solo vio a la corriente arrastrando algunas hojas. Con las manos atrapó un sorbo, lo bebió. Cuando levantó la mirada, los fantasmas bailaban sobre las ondas que se expandían; seguían el compás de esa canción que solo se escucha momentos antes de morir, la pieza que compusieron todos nuestros ancestros y que se ha extendido hasta el final de la historia.

El terodáctilo del amanecer hizo eco en todo el universo, el fénix había roto su cascarón.

2 comentarios:

almostcrimes dijo...

tu tomaste esas fotos.. jaja que chafa pregunta, pero estan bonitas :)

almostcrimes dijo...

creo que no mejor no me meto al agua.. que tal si hay un fastasma :O