martes, 17 de septiembre de 2013

La mesa del rey Salomón


Cuando el fénix salió del huevo, dejó al mundo hecho cenizas por que tiró a las estrellas del cielo. Rojas de furia incendiaron las montañas, la luna se volvió una mácula llorona detrás de una cordillera de nubes.  ¿Quién despertó al a la bestia?, ¿Qué sentido tiene toda esta destrucción? La élite lo ha planeado sin saber que la mariposa sangrante despertará para beber el ego de todos los humanos, cuando el lago se vuelva un espejo de plata donde todos veremos nuestro propio rostro.

Ahora todo es silencio, la onda expansiva se ha vuelto solo un eco que recorre el globo perdiendo fuerza, sus temblores se sobreponen y cancelan. De momento hace calor pero en unos días comenzará el invierno nuclear.


El monolito de obsidiana se ha equivocado, el poder le arrancó su único ojo. Ha desperdiciado una herencia de besos y yace en la zona pelágica como un anillo de oro que cayó al mar, no puede detener las olas con sus manos. Sus hijos lo devorarán cuando se vuelvan caníbales. El agua pura de manantial nunca lavará las lágrimas de su rostro, el viento sedoso del verano no abrirá sus poros, no lo hará sudar, no probará el beso de la juventud, ni volverá a sentir la arena salada bajo los dedos de sus pies, porque se ha salido de la rueda del karma. 

No hay comentarios: