lunes, 9 de junio de 2008

Bungaloo Punta Cometa



Habíamos llegado al Hard Rock Café de San Antonio; Un esqueleto de papel maché montado sobre un auto negro nos saludaba en el techo. No lo recuerdo bien, pero creo que la barra tenía forma de una gran guitarra eléctrica. Abril se sentó junto a Kim, (posteriormente conocería a Ruth, que es la versión mexicana de Abril, y a Connie, que es la versión perfeccionada de las dos anteriores), No recuerdo que pidió cada quien, (Kim llamaba mucho mi atención, era una especie de animalidad que llevaba en la sangre; había estado reventando globos en el camino para hacer que el profesor se asustara mientras manejaba; se acostó bajo el asiento de la van y comenzó a juguetear de manera rara con Abril). Los muchachos eran alegres, Brandy me caía mal y no la consideraba bonita (había hecho estos cubos de concreto que cabía en una mano; algo tenían que ver con demolición) pero no importaba, todo estaba bien.

-¿where is my fork?- por alguna razón el tenedor de Kim tenedor había desaparecido, el mesero trajo otro, hubo platicas que entendía a medias; un misterioso hombre con gabardina y sombrero se sentó en la mesa de junto, un par de muchachas jóvenes se aproximaron a pedirle un autógrafo. Terminamos de comer, el maestro nos dijo que era hora de retirarnos, pero no sin antes una foto de todos nosotros frente a las puertas del Hard Rock café.

En esos tiempos la vida era dulce como la miel, la suerte me sonreía de vez en cuando; ahora cuando tengo suerte me sonríen las piedras.

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